5 beneficios sociales de la natación en niños y adultos

Compañerismo, trabajo en equipo, confianza en uno mismo, etcétera: estos y otros beneficios sociales de la natación repercuten en el desarrollo y el bienestar de niños, jóvenes y adultos, pero también en su capacidad para socializar e interrelacionarse entre ellos.

 

¿Sabías que la natación es una práctica obligatoria en el planning educativo de diversos países? Este dato no debería sorprendernos si consideramos que el 70-80% de nuestro cuerpo está formado por agua y que una parte de los deportes olímpicos se desarrollan —sí, lo has adivinado— en el medio acuático.

 

Pero los beneficios físicos y psicológicos de la natación empequeñecen en comparación con sus ventajas sociales, como descubriremos en las siguientes líneas.

 

¿Cuáles son los beneficios sociales de la natación?

 

Bien a través del ejercicio, bien a través del juego, la natación logra que grandes y pequeños socialicen y se diviertan en un entorno seguro. Mucho se ha escrito acerca de los efectos físicos y mentales de esta actividad, pero poco acerca de su impacto social y de sus beneficios, por ejemplo, sobre la confianza en uno mismo:

 

Incrementa la autoconfianza

 

Especialmente en la niñez y la adolescencia, el desarrollo de la autoconfianza es un camino arduo, resultado de pequeñas ‘victorias’ que tienen un gran valor personal. Son muchas las investigaciones que avalan el efecto beneficioso de la natación sobre la confianza y la seguridad en sí mismos de los más pequeños.

 

Al adquirir destrezas en la natación, este público aumenta su independencia y autonomía en el medio acuático. Asimismo, estas cualidades le permiten disfrutar más y mejor de las actividades y juegos en la piscina deportiva en Barcelona o de su localidad. Sin lugar a dudas, uno de los grandes beneficios de la natación, al alcance del público adulto e infantil.

 

Enseña compañerismo y trabajo en equipo

 

Deportes y juegos como el waterpolo, el balón prisionero o el corre que te pillo ponen a prueba las dotes natatorias de sus practicantes, al tiempo que incentivan el trabajo en equipo y, por tanto, el compañerismo.

 

El aprendizaje de la natación, en sí mismo, fomenta estos valores, pues los jóvenes se ayudan mutuamente en el correcto desarrollo de las técnicas de nado (crol, braza, mariposa, etcétera), ya sea recibiendo consejos de alumnos avezados o impartiéndolos cuando adquieren las habilidades oportunas.

 

Fomenta las relaciones sociales

 

Del punto anterior se deduce que otro de los beneficios de la natación en niños es la socialización. Las diversas actividades en las que se pone en práctica la natación mejoran nuestra capacidad para relacionarnos, expresar emociones y pensamientos y, en último término, establecer lazos de amistad con persona de edad y gustos similares.

 

Mente activa, mente sana

 

Detrás de la natación se esconde un amplio abanico de efectos positivos, incluida la sensación de paz y de tranquilidad. En efecto, nadar contribuye a relajar la mente y el cuerpo, elimina los pensamientos distractores y estimula la concentración.

 

En concreto, los niveles de la hormona responsable del estrés, el cortisol, disminuyen cuando entramos en contacto con el agua. De ahí que numerosas actividades de mindfulness se desarrollan en el agua.

 

Para poner en valor este beneficio de la natación infantil, debe considerarse que la niñez y la adolescencia son etapas propicias al estrés y la ansiedad, y que esta actividad puede funcionar como una válvula de escape.

 

Favorece el buen humor

 

Aunque pueda considerarse un beneficio menor, mantener un estado de ánimo adecuado es indispensable para dar el 100% en nuestro día a día, y la natación nos ayuda a lograrlo.

 

Con la oxigenación adicional que produce la natación, el corazón bombea casi un 20% más de sangre, mejorando así el aprendizaje, la concentración y las habilidades cognitivas. Por si fuera poco, los estudios científicos demuestran que esta actividad incentiva la producción de endorfinas, hormonas responsables de la felicidad.

 

Como resultado, el ejercicio de la natación mejora el estado de ánimo. Lógicamente, el buen humor predispone a la socialización y al establecimiento de relaciones humanas.

 

En vista de lo anterior, los beneficios de nadar ayudan a entender por qué los psicólogos, docentes y otros profesionales recomiendan la natación a edades tempranas.

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